18 Diciembre 2010, 10:48 AM
Giro en crisis
La crisis financiera que afecta el Seguro Médico para Maestros (Semma) ha tomado un nuevo giro con la decisión del ministro de Educación de bloquear la cuenta de la entidad para corregir una supuesta anomalía que provocaba emisiones de cheques sin ningún tipo de control. Si bien la medida fue revocada prácticamente de inmediato, la causa invocada por Melanio Paredes torna más inquietante el conflicto, con claros matices personales, que ha dejado a los profesores sin servicios de salud.
Educación hizo bien en intervenir para salvaguardar los recursos aportados por los profesores a la ARS. Pero la forma en que lo hizo deja la sensación de que la entidad dirigida por Taína Gautreau, que no es santa de su devoción y quien ha denunciado presiones para que abandone el cargo, anda en términos administrativos manga por hombro.
Hace tiempo que se habían denunciado escándalos financieros en el Semma. Sin embargo, es tras la designación de Gautreau, quien dijo que al asumir el cargo encontró un desorden y prácticas tan suspicaces como cheques emitidos sin soportes, cuando se ventila que la entidad arrastra una deuda de unos 950 millones de pesos con suplidores y centros médicos.
A causa de la intervención de los fondos médicos, enfermeras y personal administrativo paralizaron las labores en reclamo del pago de la regalía pascual. La directora comunicó que los problemas se habían resuelto, pero el giro que ha tomado la crisis es para que se abra una investigación con garantía de que se establecerán responsabilidades. Las señales indican que se trata de un conflicto de intereses, que trasciende lo personal o político.
Sin pelota
Para salvar el actual torneo, la Liga Dominicana de Béisbol Profesional tuvo que revocar la injusta y arbitraria suspensión por el resto de la temporada de un lanzador, Wilkins Arias, utilizado por las Aguilas Cibaeñas sin que supuestamente estuviera registrado en la nómina del conjunto.
A causa de la protesta de los peloteros, ayer no se jugó en ninguno de los estadios, y de la Liga no haber obtemperado a dejar sin efecto la draconiana sanción contra Arias es posible que la presente temporada hubiese tocado su fin. La Federación Dominicana de Peloteros Profesionales no estaba dispuesta a aceptar que el lanzador aguilucho se convirtiera en una víctima.
El mensaje es claro. La Liga, que se permite sancionar hasta narradores de la pelota por expresiones que no son de su agrado, tendrá que actuar con más sensatez como rectora del principal pasatiempo deportivo de la afición criolla.
Educación hizo bien en intervenir para salvaguardar los recursos aportados por los profesores a la ARS. Pero la forma en que lo hizo deja la sensación de que la entidad dirigida por Taína Gautreau, que no es santa de su devoción y quien ha denunciado presiones para que abandone el cargo, anda en términos administrativos manga por hombro.
Hace tiempo que se habían denunciado escándalos financieros en el Semma. Sin embargo, es tras la designación de Gautreau, quien dijo que al asumir el cargo encontró un desorden y prácticas tan suspicaces como cheques emitidos sin soportes, cuando se ventila que la entidad arrastra una deuda de unos 950 millones de pesos con suplidores y centros médicos.
A causa de la intervención de los fondos médicos, enfermeras y personal administrativo paralizaron las labores en reclamo del pago de la regalía pascual. La directora comunicó que los problemas se habían resuelto, pero el giro que ha tomado la crisis es para que se abra una investigación con garantía de que se establecerán responsabilidades. Las señales indican que se trata de un conflicto de intereses, que trasciende lo personal o político.
Sin pelota
Para salvar el actual torneo, la Liga Dominicana de Béisbol Profesional tuvo que revocar la injusta y arbitraria suspensión por el resto de la temporada de un lanzador, Wilkins Arias, utilizado por las Aguilas Cibaeñas sin que supuestamente estuviera registrado en la nómina del conjunto.
A causa de la protesta de los peloteros, ayer no se jugó en ninguno de los estadios, y de la Liga no haber obtemperado a dejar sin efecto la draconiana sanción contra Arias es posible que la presente temporada hubiese tocado su fin. La Federación Dominicana de Peloteros Profesionales no estaba dispuesta a aceptar que el lanzador aguilucho se convirtiera en una víctima.
El mensaje es claro. La Liga, que se permite sancionar hasta narradores de la pelota por expresiones que no son de su agrado, tendrá que actuar con más sensatez como rectora del principal pasatiempo deportivo de la afición criolla.
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