Existe un Ministerio de Estado de la Juventud cuyas políticas y acciones han comenzado a ser cuestionadas por grupos, indudablemente pequeños en este inicio, de jóvenes que se preguntan qué ha significado la existencia de tal departamento público para las generaciones de hoy, generaciones que, salvo aquellos sectores familiares muy empeñados en el porvenir de los suyos y con un control más o menos absoluto del devenir familiar, tendrán muy poco que exhibir ante el futuro que vendrá, quieran que no los políticos de estos tiempos.
Es indudable que la clase política se equivocó en el manejo de la cosa pública, pues gobernar para la juventud no es crear un departamento que ofrezca becas y otras formas muy limitadas de apoyo a quienes crecen en medio de la desesperanza y la desorientación; gobernar para la juventud es gobernar, en primer término, para la sociedad, para la familia, y en segundo lugar, para los diversos sectores en que se estratifica un conjunto humano, ansioso de hallar bienestar y satisfacciones, cada quien según su nivel, desempeño en la comunidad y capacidades y aptitudes.
Muy poco puede exhibirse en este camino hasta la fecha, razón por la cual este diario llama a los responsables públicos por la búsqueda del bien común, a que reorienten todo cuanto han hecho para que gobiernen por y para la juventud que es también gobernar por y para toda la comunidad nacional.
Deudas para la Juventud
El valor de la deuda pública es discutido por los partidos políticos y no acaban de ponerse de acuerdo respecto de los montos en que cada administración encontró y dejó el nivel de las polémicas acreencias, como si resultase tan complejo y difícil saber de tales montos, pero como ninguno de los gobernantes quiere que el porvenir los marque de conformidad con los modos de proceder respecto del endeudamiento, se generan estas disputas que nada de positivo tienen, pues ni siquiera alientan acciones fiscales destinadas al ahorro público para no tener que continuar tomando prestado en el exterior e incumpliendo compromisos a suplidores internos de bienes y servicios, incluyendo servicios financieros.
Lo cierto y la verdad sea dicha sin ambages que los partidos envueltos en estas discusiones están dejando un legado de acreencias al país que sólo una futura juventud consciente y responsable, alentada por el bien común de sus hijos, nietos y bisnietos de las actuales generaciones de políticos y gobernantes, procurando que la banca multilateral que prestó haciéndose de la vista gorda ante las erráticas políticas fiscales dominicanas, renegocie para muy largos plazos, a intereses extraordinariamente bajos y con un monto en donación, lo que el dispendio de estos tiempos ha obligado a tomar tan alegremente, como si lo que se toma de préstamo no tiene que ser pagado.
Deudas. Ese es el legado de los gobernantes de estos tiempos a la juventud del mañana.
Es indudable que la clase política se equivocó en el manejo de la cosa pública, pues gobernar para la juventud no es crear un departamento que ofrezca becas y otras formas muy limitadas de apoyo a quienes crecen en medio de la desesperanza y la desorientación; gobernar para la juventud es gobernar, en primer término, para la sociedad, para la familia, y en segundo lugar, para los diversos sectores en que se estratifica un conjunto humano, ansioso de hallar bienestar y satisfacciones, cada quien según su nivel, desempeño en la comunidad y capacidades y aptitudes.
Muy poco puede exhibirse en este camino hasta la fecha, razón por la cual este diario llama a los responsables públicos por la búsqueda del bien común, a que reorienten todo cuanto han hecho para que gobiernen por y para la juventud que es también gobernar por y para toda la comunidad nacional.
Deudas para la Juventud
El valor de la deuda pública es discutido por los partidos políticos y no acaban de ponerse de acuerdo respecto de los montos en que cada administración encontró y dejó el nivel de las polémicas acreencias, como si resultase tan complejo y difícil saber de tales montos, pero como ninguno de los gobernantes quiere que el porvenir los marque de conformidad con los modos de proceder respecto del endeudamiento, se generan estas disputas que nada de positivo tienen, pues ni siquiera alientan acciones fiscales destinadas al ahorro público para no tener que continuar tomando prestado en el exterior e incumpliendo compromisos a suplidores internos de bienes y servicios, incluyendo servicios financieros.
Lo cierto y la verdad sea dicha sin ambages que los partidos envueltos en estas discusiones están dejando un legado de acreencias al país que sólo una futura juventud consciente y responsable, alentada por el bien común de sus hijos, nietos y bisnietos de las actuales generaciones de políticos y gobernantes, procurando que la banca multilateral que prestó haciéndose de la vista gorda ante las erráticas políticas fiscales dominicanas, renegocie para muy largos plazos, a intereses extraordinariamente bajos y con un monto en donación, lo que el dispendio de estos tiempos ha obligado a tomar tan alegremente, como si lo que se toma de préstamo no tiene que ser pagado.
Deudas. Ese es el legado de los gobernantes de estos tiempos a la juventud del mañana.
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