5 Febrero 2011, 8:36 PM
Desayuno escolar: Intoxicación se reinicia el período
En el primer día del reinicio del desayuno escolar se intoxicaron 17 estudiantes de la escuela Sánchez Ramírez, en Cotuí, pocas horas después, el ministro Melanio Paredes dijo que los niños eran intolerantes a la lactosa. Médicos rechazan versión
Se inició el nuevo período de intoxicaciones escolares, cuyo nivel de premeditación resultó en sus inicios delineado como criminal por el Presidente y como un claro conflicto de intereses por el ministro de Educación.
A estas sorprendentes declaraciones del político mejor informado del país y después de su ministro educativo, ha seguido un período de silencio todavía más inexplicable.
Cientos de niños sufrieron las increíbles derivaciones del descuido y la ausencia de cuidado por una cuestión tan delicada.
Pero nada pasó posteriormente y todo se quedó con el habla imposible de las tumbas.
Nadie es culpable de nada, nadie está obligado a responder.
No ha habido, no hay, no habrá sanciones, ni expedientes ni “profundización” alguna en las prometidas investigaciones, dado que se trata de esa gente “de tercera” por la que no hay que levantar tanto polvo ni escandalizarse para nada.
El ministro de Salud Pública suspendió el programa luego de las intoxicaciones de esta semana.
De haber ocurrido-casi como un absurdo, por no decir un imposible- en un colegio de primera estas increíbles anomalías, reiteradas como si de actos de un sadismo enfermizo se tratara y de un ensañamiento contra criaturas incapaces de la más mínima defensa de su integridad y de su vida, las repercusiones hubieran sido particularmente graves.
Nadie se tiene que sorprender a menos que venga de otra galaxia, de la existencia de una sociedad dividida de esa tan radical manera.
Y mientras, hay ya iniciativas para ir privatizando, con cobro de por medio, incluso de miles de pesos por operaciones, de las actividades de los hospitales públicos, iniciativas tomadas por la presión de los entregados y abnegados médicos que ni miran para una frontera desasistida, que apenas van a un campo, generalmente de paseo, que no hacen medicina social y que se hallan súper concentrados en las ciudades donde se ganan los dineros.
La verdad es que, ciertamente, hay médicos en el concho urbano y manejando taxis o en el exterior ganándose la vida como pueden, los hay desempleados y otros maltratados por las sempiternas mezquindades e impiedades y discriminaciones de la llamada actividad política
Posteriormente y como para aliviar los cargos formulados al aire, sin decir nadie de quienes se trataba, como actos de responsabilidad y firmeza contra una canallada, se aireó la especie de las malas condiciones de conservación de la leche del desayuno dado a tiernas criaturas que nada saben de esas complejidades comerciales llevadas al terreno de la Cosa Nostra o peor.
Nada más se ha adicionado a esas impresionantes revelaciones, salvo que de nuevo las víctimas inocentes nacidas en la pobreza del sistema escolar público son colocadas bajo riesgo de perecer.
Mientras tanto, se esperan nuevas y malas noticias ya que estos brotes exclusivos del mundo marginal que se ve forzado a ingerir lo que aparezca carece de una supervisión más o menos aceptable, aunque debiera ser rigurosa ya que se halla de por medio la salud y la vida de inocentes, pueden producirse con la misma efectiva, puntual y creíble sistematicidad con que ocurrieron antes.
La ausencia de rigor en la materia debió haber producido un estremecimiento con deslaves burocráticos incluidos.
Pero en momentos en que se desmoronan monumentos conmemorativos, se hacen mutar las fechas patrias a los fines de olvidos y calculadas amnesias, mientras se procura recontar la historia para que favorezca el espíritu más conservador del proceso dominicano actual cualquier tiempo pasado fue mejor.
La casualidad raramente entra dentro de las presuposiciones políticas pero cuando lo hace, de acuerdo a los nuevos tiempos, debe favorecer las expectativas del poder.
A estas sorprendentes declaraciones del político mejor informado del país y después de su ministro educativo, ha seguido un período de silencio todavía más inexplicable.
Cientos de niños sufrieron las increíbles derivaciones del descuido y la ausencia de cuidado por una cuestión tan delicada.
Pero nada pasó posteriormente y todo se quedó con el habla imposible de las tumbas.
Nadie es culpable de nada, nadie está obligado a responder.
No ha habido, no hay, no habrá sanciones, ni expedientes ni “profundización” alguna en las prometidas investigaciones, dado que se trata de esa gente “de tercera” por la que no hay que levantar tanto polvo ni escandalizarse para nada.
El ministro de Salud Pública suspendió el programa luego de las intoxicaciones de esta semana.
De haber ocurrido-casi como un absurdo, por no decir un imposible- en un colegio de primera estas increíbles anomalías, reiteradas como si de actos de un sadismo enfermizo se tratara y de un ensañamiento contra criaturas incapaces de la más mínima defensa de su integridad y de su vida, las repercusiones hubieran sido particularmente graves.
Nadie se tiene que sorprender a menos que venga de otra galaxia, de la existencia de una sociedad dividida de esa tan radical manera.
Y mientras, hay ya iniciativas para ir privatizando, con cobro de por medio, incluso de miles de pesos por operaciones, de las actividades de los hospitales públicos, iniciativas tomadas por la presión de los entregados y abnegados médicos que ni miran para una frontera desasistida, que apenas van a un campo, generalmente de paseo, que no hacen medicina social y que se hallan súper concentrados en las ciudades donde se ganan los dineros.
La verdad es que, ciertamente, hay médicos en el concho urbano y manejando taxis o en el exterior ganándose la vida como pueden, los hay desempleados y otros maltratados por las sempiternas mezquindades e impiedades y discriminaciones de la llamada actividad política
Posteriormente y como para aliviar los cargos formulados al aire, sin decir nadie de quienes se trataba, como actos de responsabilidad y firmeza contra una canallada, se aireó la especie de las malas condiciones de conservación de la leche del desayuno dado a tiernas criaturas que nada saben de esas complejidades comerciales llevadas al terreno de la Cosa Nostra o peor.
Nada más se ha adicionado a esas impresionantes revelaciones, salvo que de nuevo las víctimas inocentes nacidas en la pobreza del sistema escolar público son colocadas bajo riesgo de perecer.
Mientras tanto, se esperan nuevas y malas noticias ya que estos brotes exclusivos del mundo marginal que se ve forzado a ingerir lo que aparezca carece de una supervisión más o menos aceptable, aunque debiera ser rigurosa ya que se halla de por medio la salud y la vida de inocentes, pueden producirse con la misma efectiva, puntual y creíble sistematicidad con que ocurrieron antes.
La ausencia de rigor en la materia debió haber producido un estremecimiento con deslaves burocráticos incluidos.
Pero en momentos en que se desmoronan monumentos conmemorativos, se hacen mutar las fechas patrias a los fines de olvidos y calculadas amnesias, mientras se procura recontar la historia para que favorezca el espíritu más conservador del proceso dominicano actual cualquier tiempo pasado fue mejor.
La casualidad raramente entra dentro de las presuposiciones políticas pero cuando lo hace, de acuerdo a los nuevos tiempos, debe favorecer las expectativas del poder.
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