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La matanza de Palma Sola
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Tan pronto Juan Bosch ganó las elecciones del 20 de diciembre de 1962, inició una gira por los Estados Unidos y varios países de Europa en busca de ayuda y cooperación económica con el gobierno que pronto presidirá. Días después, en la comunidad sureña de Palma Sola, cerca de Las Matas de Farfán, ocurría el 28 de diciembre una matanza de campesinos, seguidores de los hermanos Ventura Rodríguez (Plinio, León, Adela y Eloy), unos personajes que después de la muerte de Trujillo habían revivido, con sus prédicas cuasi religiosas, un movimiento mesiánico que en 1908 había iniciado un campesino sureño, analfabeto y estrafalario llamado José Olivorio Mateo Ledesma, alias Liborio.
Desde sus inicios, Liborio se enfrentó a las tropas del gobierno de Ramón Cáceres, que buscaba su eliminación física. Tras la caída del dictador, en noviembre de 1911, su movimiento social y religioso renació con más fuerza y empuje hasta la ocupación militar norteamericana, iniciada en mayo de 1916.
Con cientos de hombres armados que recorrían San Juan de la Maguana, y sintiéndose libre de persecuciones, el líder mesiánico desafió incluso a las autoridades locales. Era el momento de mayor auge del olivorismo. Algunos intentos por disuadir la rebeldía del misionero fracasaron.
Le correspondió al gobierno militar estadounidense reiniciar su persecución. Durante varios años se mantuvo 'Papá Liborio' en constante fuga y encabezando choques militares, hasta que el 27 de junio de 1922 cayó abatido en la comunidad Hoya del Infierno, cerca de Bánica, en la frontera. Su cuerpo fue envuelto en yaguas y trasladado a San Juan. Catorce años había durado el movimiento mesiánico del "Santo Olivorio".
Varios años después de su muerte apareció "uno de sus seguidores, José Popa (o Pope, según lo han pronunciado campesinos que lo conocieron personalmente), quien, desafiante ante las prohibiciones del culto, adoptó la función pertinente del 'Mesías'. Al igual que Dios, el nuevo Mesías tomó la montaña, en un deambular fugitivo", en los inicios de la dictadura de Trujillo. A diferencia de Liborio, Pope sería fácilmente eliminado un año en 1931.
La desaparición de los héroes míticos, de ninguna manera borró en los campesinos sureños su sentimiento de adhesión al olivorismo; "la creencia seguía fluyendo como una corriente subterránea alimentada por vigorosas fuentes. Esa capacidad de sobrevivencia es lo que explica el sorprendente renacimiento del culto", tan pronto Trujillo fue ajusticiado.
En Palma Sola se venían congregando cientos de campesinos atraídos por el culto al "Dios Olivorio", que los hermanos Plinio y León, llamados los "mellizos", también habían revivido exitosamente, en una época donde el pueblo dominicano y sus organizaciones luchaban por la democracia política. Las congregaciones en la aldea sureña habían tomado un giro político y religioso que llamó la atención de la opinión pública. La Iglesia Católica protestó por permitirse cultos religiosos reñidos con sus tradiciones. La prensa de la época también se hizo eco de las ruidosas y desafiantes manifestaciones de la familia Ventura-Rodríguez. Incluso se llegó a creer que los cultos supersticiosos eran infiltrados por grupos interesados en provocar el caos social y la rebelión campesina por la tierra.
El Consejo de Estado, presidido por Rafael F. Bonnelly decidió enviar una comisión oficial para buscar, de manera pacífica, la forma de disolver los incidentes que ocurrían en Palma Sola. Integraron la comisión el Procurador General de la República, Eduardo Antonio García Vásquez; el Procurador de la Corte de Apelación de San Juan, Juan Tomás Susaña; el general del Ejército Miguel Rodríguez Reyes y los coroneles Manuel Valentín Despradel Brache, Joaquín Abraham Méndez Lara, Bienvenido Álvarez Guzmán, Rafael Guillermo Guzmán Acosta y Francisco Alberto Caamaño Deñó, jefe de los famosos Cascos Blancos, un grupo élite de represión policial.
Los comisionados arribaron al lugar al medio día, acompañado de cientos de soldados y de inmediato la inquietud y el nerviosismo fueron muy notorios entre los lugareños. El general Rodríguez Reyes, conocedor de la zona y los cultos campesinos, pensaba que podía apaciguar a la turba que gritaba, enardecida y fanatizada por los cultos de brujería que eran repudiados por la iglesia institucional.
En un momento decidió acercarse a uno de los jefes "mellizos" para solicitarle su colaboración y detener los desórdenes. En medio de un ambiente de tensión y miedo, el general Rodríguez Reyes fue agredido y asesinado a golpes, hecho que provocó un intenso tiroteo entre soldados y campesinos que dejó un saldo de cientos de muertos y heridos y las viviendas de la zona incendiadas.
Una gran consternación creó en todo el país la horrible matanza de Palma Sola, que nunca fue aclarada, ni investigada a profundidad. La agitación política y religiosa en la zona y los confusos incidentes en que perdieron la vida el general Rodríguez Reyes y cientos de campesinos fanatizados, dieron cabida a variadas conjeturas, incluyendo la de una supuesta conspiración contra el nuevo gobierno surgido de las recién celebradas elecciones.
Autor: Filiberto Cruz Sánchez
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